Historia
Situado en las cercanías del río Valderaduey, que se cruza por medio de un puente de piedra, Villar de Fallaves ve su término atravesado por la calzada romana que unía el Duero con Pallantia.
Pertenecía en el siglo XIII al alfoz o Tierra de Villalpando, manifiesta la importancia que la localidad tenía por aquel entonces el hecho de que disponía de azogues, lugares de venta diaria, y mercados para la venta semanal.
En el siglo XIII tenía dos iglesias, y hasta el siglo XIX contó con numerosas ermitas: Santa Marina, Santa Catalina, San Mauro, La Concepción, Los Mártires, San Fabián, San Sebastián y San Pedro Apóstol.
A principios del XIX sufre las consecuencias de la invasión francesa, y a mediados del mismo se integra con el resto del alfoz en la provincia de Zamora.