Historia
En tierras de Villalpando se han encontrado abundantes restos de remota actividad humana. Los más antiguos se remontan al Paleolítico Inferior (“El Raso”) y otros, de época protohistórica (“San Mamés”), romanos (“La Mambla”) o tardorromanos (“Reguera de la Lomba”). Para algunos, aquí estuvo Intercatia, importante ciudad de los Vacceos.
Su nombre, de resonancias godas, parece proceder de Villa Elijando. Fue repoblada en tiempos de Fernando II (1170) que la fortaleció con castillo y cerca pétrea, de trazado circular, albergando en ese primitivo núcleo siete iglesias, que llegaron a doce en el siglo XIII, junto con un Convento de franciscanos y dos Hospitales.
Gozó de fuero (1179) y albergó población judía con aljama (con sinagoga) y más de doscientos vecinos, una de las más florecientes de Castilla.
La villa perteneció a los Templarios hasta la supresión de la Orden (1341).
Enrique II la donó al noble francés Arnao de Solier (1369), como pago por sus servicios. Pasó luego a manos del Condestable de Castilla.
En la Guerra de la Independencia fue ocupada por los franceses.
A mediados del siglo XIX se incorporó, con los trece lugares de su alfoz, a la provincia de Zamora.