La presencia humana fue muy temprana, como lo demuestran los hallazgos neolíticos de la dehesa de Escorriel.

Más tarde, los vacceos, de estirpe celtibérica, que se dedicaban a la agricultura de cereales, aquí una constante histórica, ocupaban esta zona levantando sus poblados fortificados en oteros, como El Castro, en la margen derecha del río.

Los romanos integraron estas tierras en el convento jurídico cluniense.

Tras la invasión musulmana y la aparición del reino astur-leonés, Alfonso III inicia la repoblación. Entonces se funda Valdescorriel, nombre que parece referirse a las barranqueras que excavan las aguas en las arcillas junto al Cea, allí, por Barrancogrande, con más de treinta metros de profundidad.

En el siglo XIV, como consecuencia del hambre, peste, guerras e impuestos crecientes, disminuye la población y comienzan a abandonarse numerosos lugares. Las desaparecidas ermitas de Santa Marta y la Veracruz, podrían ser recuerdos de antiguos despoblados. Junto a Santa Marta hubo otros dos, La Torre y San Esteban.

Tras la Guerra de la Independencia, y en medio de los avatares del siglo XIX, Valdescorriel se integró en la moderna provincia de Zamora.